miércoles, 21 de mayo de 2014

Pinzas de depilar DUPLY

Hola guapas!

Un día, hace ya tres meses o así, dando un paseito por Bilbao, entré en el C.C. Zubiarte, por darme una vuelta, ya sabéis, no a "picar" nada;p. Total que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, encontré un Douglas, y cómo no, entré. Ya que estaba allí, no me lo íba a pasar de largo, no? Pues estuve cotilleando y de repente ví algo que me llamó la atención: unas pinzas de Depilar! "Si, ya, hombre", me diréis, "has descubierto América" y esas cosas, "cómo va a haber unas pinzas de depilar en una tienda de cosméticas, tienes unas cosas hija...". Pues bien, ya sé que las pinzas de depilar son algo cotidiano en nuestro uso diario para estar guapas, finas y sin un pelo. Pero estas pinzas eran especiales, el santo grial de las pinzas depilatorias... Las pinzas de depilar DUPLY!




 Primero, eran de colores. Bueeeno, y más. Tenían dos partes, por un lado eran unas pinzas con la terminación en diagonal (o sea, lo que pinza el pelo, propiamente dicho) y otro lado en punta!!!. "ala, loca, dónde vas! en punta! te vas a hacer el arakiri en el entrecejo y vas a terminar ya con todo o qué?" "Qué quieres, encontrar petróleo?". Que nooo, que es que terminaban en una pinza en forma de punta. Total, que, aunque pensé que me íba a hacer tal escabechina cejijuntil y que más me valdría dejarme las cejas como Marianico el Corto a hacerme semejante estropicio carnal, mi ansia viva no pudo resistir la tentación de llevárselas a casa. Y eso hice. Oiga, mire, pues bien contenta que estoy con ellas, fíjese.

Una peca de tener las cejas demasiado... cómo diría yo, pobladas? negras? descendientes directas de las cejas del primer mono que habitó este mundo? Pues sí, por qué no ser sincera y decirlo. Soy cejijunta, qué pasa, y a mucha honra, hombre! y claro, menos mal que llevo flequillo, porque si no iría con los pelos al vent dándome aire en los ojos.


Cuando las depilas, "qué feliz que soy!" pero... y cuándo empiezan a salir esos pequeños pelillos negros, esa especie de puntitos suspensivos que invaden ese espacio cejeril a la chita callando? Pues ahí no hay nada que hacer, porque ya se te va notando otra vez el entrecejo, pero las pinzas normales que usamos no pueden hacer nada contra esos especímenes asquerosillos, son tan pequeños que las pinzas convencionales no los pillan. Por lo menos a mí, que conste que hablo personalmente de lo mío y mis pelos alocados. Pero he encontrado la solución a mis problemas con estas pinzas puntiagudas, oigan! Esto es la panacea cejijuntil, el terror de los pelillos!. Esos incordiosos minipuntos tiemblan cuando se las acerco. Sí, señoras, esas pinzas han hecho lo que ninguna ha conseguido con mi entrecejo, dejarlo más despejado que la calva de Don Limpio.
 


Ya no tengo que esperar a que crezcan los pelillos a un término medianamente normal para que mis pinzas puedan arrasarlos, arrancarlos, desintegrarlos y exterminarlos, no. Eso sí. Ojito porque lo mismo que digo que estas pinzas son una maravilla de la creación, también digo que os podéis hacer un boquete con ellas del tamaño de Siberia. Ahí sí que tendríamos que tener flequillo obligatoriamente para tapar el destrozo. Yo las uso inclinándolas ligeramente, pillo el pelo con la puntita y tiro suavemente. Oye, mano de santo. Estoy que no entro en mí de gozo con estas pinzas.


Encima son de colores! (ya os lo había dicho, no?) vamos, que podemos elegir las que más nos gusten. Me costaron 4.95 € en Perfumerías Douglas, como os digo, y ojalá las sigan teniendo,por si estáis interesadas en ellas porque para mí son mi tesooooooro (no os habíais percatado de ello, verdad?. Si os pasáis por un Douglas, mirad a ver si están, porque yo creo que váis a estar encantadas con ellas. A no ser que seáis de las suertudas (que está muy mal repartido el mundo, debería de haber un término medio, pero la vida es así, qué le vamos a hacer, no la he inventado yo, y esas cosas) que no tenéis ni entre cejo, ni cejo de lado, ni arriba, ni ná de ná. Mi admiración solemne hacia vosotras, no sabéis la envidia que me dáis, de verdad.


Bueno, y después de este desparrame verborréico, os dejo de dar la lata, que para unas pinzas creo que me he explayado bastente. Será el solete que ha empezado aquí y que a los Bilbaínos nos deslumbra en cuanto aparece uno de sus rayos, porque no estamos acostumbrados (no solemos gastar sol, vamos). Será que con la edad me vuelvo algo más loca? serán esos días del mes, que tanto me da por estar alegre como por llorar como la zarzamora? no lo sé, chicas, pero por lo menos espero que hayáis pasado un buen rato y os haya gustado este relato (toma pareado).
 

 Besazos. Y ya sabéis, podéis seguirme también por Facebook, que lo tengo un poco escaso de visitas! Venga, darle al "megusta" a compartir y contádselo a voz en grito a todo el que conozcáis!

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